jueves, 18 de junio de 2015

Una imagen y mil palabras sobre las lenguas extranjeras

M.Muelle
Una imagen y mil palabras sobre lenguas extranjeras


Crear una imagen que revele lo que pienso sobre la enseñanza de lenguas extranjeras  no fue nada fácil porque a través de las vueltas que ha dado mi vida, he tenido la oportunidad de moverme en ambientes muy internacionales y cada lengua extranjera representa un tesoro escondido para mí

Pensé primero varias imágenes, en un cruce de carreteras fronterizas, después en el festival de la cerveza “Oktoberfest” en Baviera lleno de tantas personas de todo el mundo, en la copa mundial de fútbol, en los carnavales. Todo este tipo de eventos son famosos en el mundo y para que se mantengan de esa forma, hay que promocionarlos a través de imágenes y hay que utilizar muchos idiomas.

Las lenguas extranjeras, como su nombre lo indica, se ven desde una perspectiva externa. No pertenecen al espacio de seguridad y privacidad de una persona promedio. Dependiendo, por supuesto, de la edad en la cual se aprendan, donde y como, las lenguas extranjeras serán para una persona más lejanas o más cercanas. Continué pensando en una imagen que exprese algo sobre quién soy, qué siento y cómo poder expresarlo a los demás.

 "Quien lo vive es quien lo goza" es el lema del carnaval de Barranquilla. Aquella persona que no haya experimentado el carnaval, no sabrá que de pronto habrá tanto calor, que probablemente comprará una “fría” o cerveza cada veinte minutos. No se imaginará que el ruido estruendoso de la música de cada comparsa le moverá el esqueleto y le hará bailar. No se enfadará cuando todo su cuerpo termine lleno de polvo blanco, espuma o agua helada que algún desconocido le tire encima, porque será parte de un todo y no el foráneo extraño. Así veo los idiomas y quiero transmitirlo. Hay que “empaparse”, ser global y multicultural.

Sigo pensando, ¿qué imagen? Hasta que escudriño mi corazón. Él late, late por la comunicación, por los idiomas y por las culturas del mundo. Desde niña tuve la oportunidad de criarme en un ambiente latino pero con enseñanza alemana. Diariamente escuchaba dos o tres idiomas en la escuela. Me emocionaba conocer personas de distintos países. El ser hospitalaria se convirtió en parte de mi vida. Es por eso que el corazón es el marco de mi imagen.

Quiero destacar que el corazón es una figura no aritmética pero sí internacional, comprendida por todos. La vemos en millones de anuncios en el mundo y es uno de los emoticonos más utilizados en las redes sociales. Para mí es muy importante que me entiendan, los símbolos ayudan a expresar sin palabras lo que se pretende comunicar.

El corazón representa amor, pasión, tolerancia, fidelidad, compromiso. Al ver un corazón uno se siente bienvenido, aceptado y valorado, no importa quién sea, cuánto sepa, cuánto tenga o de dónde venga. Aun cuando un corazón recuerde un desamor, el símbolo para el desamor es el corazón quebrado. Mi corazón no está quebrado, sigue latiendo.

Mi imagen pretende que los profesores y los estudiantes amemos al mundo, su multiculturalidad y su multilingüismo. Amar una lengua extranjera indica estar motivado para enseñarla o aprenderla.  Ese amor nos ayudará a borrar en nuestra mente los pensamientos previos defensivos hacia otras lenguas y a mantener una mente abierta para aprender cosas nuevas. Me gusta el adjetivo en inglés open-minded para transmitir este pensamiento.


El corazón simboliza igualmente el aprender a valorar lo nuestro, nuestra lengua materna y usarla de base para otras lenguas. Cuando una persona adulta se radica en el extranjero sentirá, que hablar su lengua materna es sentirse en casa. Ese amor no debe ser egoísta. Aun cuando sea cómodo sentirse en casa con lo que siempre se ha considerado lo suyo propio, se necesita abrir el corazón al otro idioma cuando se aprende una lengua extranjera. Amar una lengua extranjera indica aceptar toda la cultura que conlleva esa lengua y considerarla igual de valiosa como mi lengua materna.


En el centro del corazón pegué al planeta Tierra, nuestro hogar. Las herramientas comunicativas nos han permitido ser globales, estar conectados con cualquier persona, conocida o desconocida. No importa de dónde seamos o qué lengua hablemos, nos une nuestro planeta y debemos protegerlo para que no se extinga.

Hoy en día vivir indica vivir en el mundo de la globalización soportado por Internet. Nada es un secreto. Con un “click” o pinchazo todo es público.  El mundo es pequeño desde que apareció Internet.  La brecha entre lo que se es en la realidad y lo que se es en la red, es no poder comunicarse, por falta de tecnología, de dinero o de conocimiento de las lenguas extranjeras.  Es necesario usar las herramientas que permitan darse a conocer en Internet. Ser una persona deseable en el mundo laboral, asistir a foros internacionales, tener amistades en cualquier lugar del mundo y mantenerlas predispone inminentemente tener competencias comunicativas y sociales, las cuales se facilitan con las lenguas extranjeras.


La globalización unifica al mundo pero él no perderá su diversidad. Hay billones de seres humanos en la Tierra, todos únicos. El rostro que dibujé en él se refiere a los distintos colores de piel y formas de cabello que tenemos los seres humanos. Es una cara sonriente porque tenemos la capacidad de ser felices. Podemos vernos y percibirnos unos a otros a través de las lenguas extrajeras.  Las palabras se vuelven más enriquecedoras cuando conocemos mejor sus significados. Hay palabras que en una lengua expresan cosas más definidas que en otras, hay caracteres asiáticos que tienen infinidad de sentidos. Eso trae riqueza y alegría al lenguaje.

Finalmente la palabra LENGUAS en distintos idiomas, que escribí en la imagen, dentro del corazón, pretende mostrar que cada lengua es única y que tiene su propio sistema de letras o símbolos, su propia gramática que puede parecer complicada, pero que, al cogerle cariño, será un deleite enseñarla o aprenderla.

A medida que aprendamos más lenguas nuestro corazón será más grande porque tendremos más fácil acceso a conocer más personas. ¿Entendieron el mensaje? ¡Tanto el profesor, como el estudiante de lenguas extranjeras deben ampliar su corazón! Hablar lenguas extranjeras es crear puentes de relaciones, es ser el puente para que otros se comuniquen.

Al leer los comentarios de las personas que escribieron algo respecto a mi imagen antes de publicarla no paraba de sonreír. Hablaban de globalización, felicidad, de mi personalidad, de lo internacional, de las diversas culturas. Era como poner un visto bueno en cada uno de sus aportes. Me gustaría saber qué impresión tienen ustedes, estimados lectores, de mi imagen.

El comparar sus comentarios sobre mi imagen con mi imagen me fortaleció a seguir soñando con mi mundo alegre y con un corazón por las lenguas extranjeras. Me hubiera gustado tener un poco más de crítica o descubrir diferencias para mejorar mi imagen. Al no encontrarlas, pretendo, sin embargo, perfeccionar el diseño de mi imagen y seguir trabajando en la comunicación que alcance al mundo entero.



Una de mis conclusiones acerca de la tarea de crear una imagen que exprese una idea es que tengo que sacar más tiempo para crear y recrear mis ideas y pensamientos. Me parece un ejercicio mental fascinante que aplicaré ciertamente también en mi vida de enseñanza.

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