M.Muelle
Una imagen y mil palabras
sobre lenguas extranjeras
Crear una imagen que revele lo que pienso sobre la enseñanza de
lenguas extranjeras no fue nada fácil porque a través de las vueltas
que ha dado mi vida, he tenido la oportunidad de moverme en ambientes muy
internacionales y cada lengua extranjera representa un tesoro escondido para mí
Pensé primero varias imágenes, en un cruce de carreteras
fronterizas, después en el festival de la cerveza “Oktoberfest” en Baviera
lleno de tantas personas de todo el mundo, en la copa mundial de fútbol, en los
carnavales. Todo este tipo de eventos son famosos en el mundo y para que se
mantengan de esa forma, hay que promocionarlos a través de imágenes y hay que utilizar
muchos idiomas.
Las lenguas extranjeras, como su nombre lo indica, se ven desde
una perspectiva externa. No pertenecen al espacio de seguridad y privacidad de
una persona promedio. Dependiendo, por supuesto, de la edad en la cual se
aprendan, donde y como, las lenguas extranjeras serán para una persona más
lejanas o más cercanas. Continué pensando en una imagen que exprese algo sobre
quién soy, qué siento y cómo poder expresarlo a los demás.
"Quien lo vive es quien lo goza" es el lema del carnaval de
Barranquilla. Aquella persona que no haya experimentado el carnaval, no sabrá
que de pronto habrá tanto calor, que probablemente comprará una “fría” o
cerveza cada veinte minutos. No se imaginará que el ruido estruendoso de la
música de cada comparsa le moverá el esqueleto y le hará bailar. No se enfadará
cuando todo su cuerpo termine lleno de polvo blanco, espuma o agua helada que
algún desconocido le tire encima, porque será parte de un todo y no el foráneo
extraño. Así veo los idiomas y quiero transmitirlo. Hay que “empaparse”, ser
global y multicultural.
Sigo pensando, ¿qué imagen? Hasta que escudriño mi corazón. Él
late, late por la comunicación, por los idiomas y por las culturas del mundo.
Desde niña tuve la oportunidad de criarme en un ambiente latino pero con
enseñanza alemana. Diariamente escuchaba dos o tres idiomas en la escuela. Me
emocionaba conocer personas de distintos países. El ser hospitalaria se
convirtió en parte de mi vida. Es por eso que el corazón es el marco de mi
imagen.
Quiero destacar que el corazón es una figura no aritmética pero sí
internacional, comprendida por todos. La vemos en millones de anuncios en el
mundo y es uno de los emoticonos más utilizados en las redes sociales. Para mí
es muy importante que me entiendan, los símbolos ayudan a expresar sin palabras
lo que se pretende comunicar.
El corazón representa amor, pasión, tolerancia, fidelidad,
compromiso. Al ver un corazón uno se siente bienvenido, aceptado y valorado, no
importa quién sea, cuánto sepa, cuánto tenga o de dónde venga. Aun cuando un
corazón recuerde un desamor, el símbolo para el desamor es el corazón quebrado.
Mi corazón no está quebrado, sigue latiendo.
Mi imagen pretende que los profesores y los estudiantes amemos al
mundo, su multiculturalidad y su multilingüismo. Amar una lengua extranjera
indica estar motivado para enseñarla o aprenderla. Ese amor nos
ayudará a borrar en nuestra mente los pensamientos previos defensivos hacia
otras lenguas y a mantener una mente abierta para aprender cosas nuevas. Me
gusta el adjetivo en inglés open-minded
para transmitir este pensamiento.
El corazón simboliza igualmente el aprender a valorar lo nuestro,
nuestra lengua materna y usarla de base para otras lenguas. Cuando una persona
adulta se radica en el extranjero sentirá, que hablar su lengua materna es
sentirse en casa. Ese amor no debe ser egoísta. Aun cuando sea cómodo sentirse
en casa con lo que siempre se ha considerado lo suyo propio, se necesita abrir
el corazón al otro idioma cuando se aprende una lengua extranjera. Amar una
lengua extranjera indica aceptar toda la cultura que conlleva esa lengua y
considerarla igual de valiosa como mi lengua materna.
En el centro del corazón pegué al planeta Tierra, nuestro hogar.
Las herramientas comunicativas nos han permitido ser globales, estar conectados
con cualquier persona, conocida o desconocida. No importa de dónde seamos o qué
lengua hablemos, nos une nuestro planeta y debemos protegerlo para que no se
extinga.
Hoy en día vivir indica vivir en el mundo de la globalización
soportado por Internet. Nada es un secreto. Con un “click” o pinchazo todo es
público. El mundo es pequeño desde que apareció Internet. La
brecha entre lo que se es en la realidad y lo que se es en la red, es no poder
comunicarse, por falta de tecnología, de dinero o de conocimiento de las
lenguas extranjeras. Es necesario usar
las herramientas que permitan darse a conocer en Internet. Ser una persona
deseable en el mundo laboral, asistir a foros internacionales, tener amistades
en cualquier lugar del mundo y mantenerlas predispone inminentemente tener
competencias comunicativas y sociales, las cuales se facilitan con las lenguas
extranjeras.
La globalización unifica al mundo pero él no perderá su diversidad.
Hay billones de seres humanos en la Tierra, todos únicos. El rostro que dibujé
en él se refiere a los distintos colores de piel y formas de cabello que
tenemos los seres humanos. Es una cara sonriente porque tenemos la capacidad de
ser felices. Podemos vernos y percibirnos unos a otros a través de las lenguas
extrajeras. Las palabras se vuelven más enriquecedoras cuando
conocemos mejor sus significados. Hay palabras que en una lengua expresan cosas
más definidas que en otras, hay caracteres asiáticos que tienen infinidad de
sentidos. Eso trae riqueza y alegría al lenguaje.
Finalmente la palabra LENGUAS en distintos idiomas, que escribí en
la imagen, dentro del corazón, pretende mostrar que cada lengua es única y
que tiene su propio sistema de letras o símbolos, su propia gramática que puede
parecer complicada, pero que, al cogerle cariño, será un deleite enseñarla o
aprenderla.
A medida que aprendamos más lenguas nuestro corazón será más
grande porque tendremos más fácil acceso a conocer más personas. ¿Entendieron
el mensaje? ¡Tanto el profesor, como el estudiante de lenguas extranjeras deben
ampliar su corazón! Hablar lenguas extranjeras es crear puentes de relaciones,
es ser el puente para que otros se comuniquen.
Al leer los comentarios de las personas que escribieron algo
respecto a mi imagen antes de publicarla no paraba de sonreír. Hablaban de
globalización, felicidad, de mi personalidad, de lo internacional, de las
diversas culturas. Era como poner un visto bueno en cada uno de sus aportes. Me
gustaría saber qué impresión tienen ustedes, estimados lectores, de mi imagen.
El comparar sus comentarios sobre mi imagen con mi imagen me
fortaleció a seguir soñando con mi mundo alegre y con un corazón por las
lenguas extranjeras. Me hubiera gustado tener un poco más de crítica o
descubrir diferencias para mejorar mi imagen. Al no encontrarlas, pretendo, sin
embargo, perfeccionar el diseño de mi imagen y seguir trabajando en la
comunicación que alcance al mundo entero.
Una de mis conclusiones acerca de la tarea de crear una imagen que
exprese una idea es que tengo que sacar más tiempo para crear y recrear mis
ideas y pensamientos. Me parece un ejercicio mental fascinante que aplicaré
ciertamente también en mi vida de enseñanza.
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